sábado, 19 de abril de 2008

Pequeño infierno

El otro día salí a la calle y noté que había dejado mi infierno de muñeca en casa y con el correr de las brasas me ví, con la mirada ansiosa y esa sensación de que estaba ahí, pero no; recorriendo la calle mirando las demás muñecas que llevaban su infierno florido felices, y algún que otro liberado (que no mostraba muñecas arrepentidas siquiera). La comparación es totalmente dispar, pero en cierto momento me sentí como el esclavo liberado que extraña el grillete, pidiéndole la hora de tanto en tanto a cuanto extraño se me cruzara.

N.del A.: Gracias Cortázar, sin tus textos todo hubiera sido un "La pucha! otra vez me olvidé el reloj en casa!"

4 comentarios:

Gioconda dijo...

Jeje lo del esclavo liberado que extraña el grillete es asì.
Me pasò varias veces con el reloj, el celular, etc.

Saludos!

:: BajoYo :: dijo...

Gioco! Ha visto, podemos agregar "esclavos de la rutina" también y no quedaría mal para nada...

En fin, esa última frase me deprimió, encima me acabo de leer su reciente post "El grito" y ni loco me voy a dormir!

La Flor de la Mafia dijo...

fuiste regalado a un reloj alguna vez.....

:: BajoYo :: dijo...

Flor Unas 4 veces (entre ellas alguno con cara de Mickey, otras que se transformaba en robot) y otras, como decirle, me auto-regalé a uno de esos infiernos con calculadora científica y más tarde por hermosos infiernos analógos...

Estoy regaláo evidentemente...